UN ÁRBOL Y
YO
Eres árbol el vigilante de un mismo lugar,
Innegable sabio
legendario que me llena de paz,
Queremos gozar de ti y agradecerte
lo que nos das.
Más allá de tu belleza árbol firme que te meces con el viento,
más allá de yo soñar junto a tu tronco y bajo la sombra pura que me da tu cuerpo,
con los anhelos dulces de mi bella infancia,
mientras escucho tus hojas murmurar
canciones que ha desvanecido el
tiempo.
Más allá de
sentirte un refugio ante el inclemente
invierno,
o de disfrutar la
sombra cuando el calor es intenso,
debo decir que eres árbol, el
adorno más perfecto,
cuando los niños
corren, gritan y te
abrazan sin aliento,
cuando al cerrar mis ojos me revuelves el recuerdo,
y el
silencio me embarga, si a tu pie yo me
acuesto.
Baja entonces tus ramas mustias para hacerlas reverdecer,
riega semillas de vida
para que vuelvas a nacer,
muestra flores, trae
frutos, y siempre mantente en pie,
y para el
amor trae árbol una colmena de miel,
como aquella que atisbé
cuando loca
enamorada
y en acción del mal te marqué,
un corazón flechado que para siempre quedó en
tu piel.
Escrito por: Ekram C. Kherbady H.
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